viernes, 25 de noviembre de 2011

Tendencias Emergentes: Retos para las Empresas

Con el fin de mantener a las empresas en el entorno mundial altamente competitivo, las organizaciones deben alcanzar cierto nivel de crecimiento.

Las empresas que no se adaptan rápidamente a las condiciones y tendencias cambiantes del mercado puede terminar perdiendo cuota de mercado y sus ventajas competitivas en favor de competidores o productos y servicios substitutivos.

Hay varios objetivos, que obligan a una empresa a adoptar diferentes estrategias para el crecimiento de su negocio. Algunos de estos objetivos son aumento de los ingresos por ventas, aumento de la cuota de mercado y otros beneficios financieros y no financieros.

Para lograr cierto nivel de crecimiento, las empresas deben actualizar y redefinir sus estrategias en función de las nuevas tendencias.

Los cambios en el entorno internacional, la crisis financiera y de la demanda, la creación de valor que exige el nuevo consumidor y los nuevos esquemas competitivos emergentes obligan a considerar nuevos paradigmas en las organizaciones para hacer frente a los nuevos retos.

En el Instituto para la Competitividad y el Comercio Exterior de Nuevo Laredo hemos investigado cuales son algunas de las tendencias emergentes que, se están marcando este año 2011.

1. Co-creación con los clientes

La co-creación es un nuevo paradigma de innovación que consiste, esencialmente, en la participación directa del cliente en el proceso de elaboración de soluciones. La idea clave es que, frente a la invención, la innovación es un fenómeno colectivo y no individual, y que involucrando a los clientes -y a otros actores- en nuestros procesos somos capaces de crear nuevos productos y servicios diferentes de los actuales.

Cuando todo parece inventado, la co-creación nos ayuda a innovar y, además, nos permite acercarnos a los clientes. Creando junto a ellos generamos vínculos más profundos y construimos una relación de confianza.

Entre los riesgos de la co-creación podemos mencionar que implica un importante esfuerzo de transparencia, ya que este paradigma solo puede funcionar en la medida en que el cliente cuenta con la información necesaria.

2. Fusión entre tecnología y negocio

La fusión entre tecnología y negocio ha sido una de las claves en el éxito de las empresas altamente innovadoras. Es evidente que disponer de una ventaja tecnológica no garantiza, automáticamente, el éxito comercial de nuestra propuesta, pero en las empresas se ha podido comprobar que ambas variables van de la mano.

La síntesis entre tecnología en las empresas les ha permitido destacarse frente a muchas compañías que llevaban décadas reinando en el mercado.

3. Gestión de la incertidumbre

El mundo en el que vivimos es cada vez más complejo e incierto. Ya no es tan sencillo como antes realizar previsiones, porque las cosas cambian a gran velocidad, y los hechos imprevistos suceden de manera cada vez más frecuente. Por eso no nos queda más remedio que prepararnos para afrontar la incertidumbre. Estos son algunos consejos muy sencillos para conseguirlo:

  • Asume que lo que NO sabemos es mucho más importante que lo que sabemos.
  • Lo “normal” suele ser irrelevante. Preocúpate por las cosas que realmente pueden cambiar tu vida.
  • Aprovecha aquellos hechos imprevisibles de carácter positivo que aparecen en tu camino.
  • El mundo hoy está dominado por lo desconocido y lo improbable. No te angusties por lo que pueda pasar. No te pares, decide y sigue adelante. Más adelante podrás revisar tu elección.
  • Acepta que la experimentación, la ambigüedad y la incertidumbre pueden ser valores positivos para tu negocio.
  • Preocúpate menos por la vergüenza a fallar, y más por perder la oportunidad de tu vida.
  • La planificación a largo plazo resulta inviable. Aprende a adaptarte a los cambios. Concéntrate en ser ágil y flexible.

4. Inteligencia colectiva

La auténtica revolución que estamos viviendo se debe, entre otras cosas, a la posibilidad de compartir el talento y el conocimiento en grandes redes abiertas. La clave ya no está en el trabajo individual, sino en la suma de las aportaciones individuales, y en las interacciones que han surgido entre los diferentes actores, aunque estén situados a miles de kilómetros. Esto nos ha permitido construir una auténtica inteligencia colectiva.

Nosotros mismos podemos participar de forma activa en esta gigantesca fuente de conocimiento compartido.

Una de las lecciones más interesantes que podemos extraer de esta nueva situación es la siguiente: colaborar es la forma más poderosa de crear valor. La comunidad le da a la empresa lo que se necesita para realizar el trabajo y para seguir creciendo; se debe aportar el talento y el conocimiento para contribuir a la inteligencia colectiva. La colaboración con la comunidad hará mucho más productivo/a el trabajo.

5. Redarquía: una nueva forma de organización

Casi todas las organizaciones que hemos conocido -en la familia, en la empresa y en las sociedad- están basadas en la jerarquía: un orden impuesto (de arriba abajo) que establece las relaciones de autoridad y poder formal entre superiores y subordinados. Pero desde hace unos años estamos viviendo una nueva era con retos muy diferentes a los anteriores, y necesitamos nuevas formas de organización.

De ahí ha surgido el concepto de redarquía, un modelo organizativo característico de las nuevas redes abiertas de colaboración y que está basado en las interacciones que múltiples agentes mantienen entre sí cuando comparten su talento y su conocimiento de forma abierta y transparente, en relaciones de igual a igual.

La esencia de una estructura redárquica son las relaciones de participación descentralizadas. Estas redes no están basadas en la sumisión y el acatamiento acrítico de las órdenes emitidas por una clase dirigente, sino en la confianza, el valor añadido y la autenticidad de cada uno de los miembros que conforman la red. El concepto redarquía surgió tomando como punto de partida el modelo organizativo de las comunidades de desarrolladores de software libre, capaces de organizarse y de crear productos y servicios extraordinariamente complejos y sofisticados sin una estructura jerárquica tradicional.