viernes, 17 de mayo de 2013

::Tendencias Empresariales::

En los últimos años hemos sido testigos de los cambios que están ocurriendo en el mundo, las tendencias empresariales, el mercado cambiante, los diferentes sistemas de gobierno en el mundo, etc. Todo esto ha desencadenado que las empresas mantengan nuevas posturas ante las diversas situaciones.

No pueden dejar que las cosas sucedan sin hacer nada, pues esto puede acarrear inseguridad en cuanto al futuro de la propia organización. Por ello, si estás interesado en cambiar algo en tu empresa te recomendamos que leas antes el siguiente artículo…

Una manera efectiva para hablar del cambio en la organización, es compararlo con la visita a un parque de diversiones.
Es algo parecido, porque en el mundo de los negocios existen seres humanos que al entrar en esos lugares lo primero que buscan es la montaña rusa, sin importarles lo agresiva que sea ni el estado en que finalmente bajarán tras el recorrido. Otros, por el contrario, llegan al sitio pero se dedican a mirar a la gente que se forma para subir a los carritos, observan su nerviosismo, cómo bajan al terminar y entonces deciden si se suben o no.
Esto, por supuesto, nada tiene que ver con el hecho de ser una mejor persona, simplemente son maneras diferentes de hacer las cosas, personalidades de cada quien.
Pero en las organizaciones el cambio es algo mucho más serio. Porque la manera en que las personas reaccionan a él, la forma de enfrentarlo, es algo muy similar a la manera en que las empresas asumen lo que están realizando o deben hacer. 

En este siglo XXI la mayor parte de las organizaciones en todo el mundo, tanto las instituciones como los sectores de la sociedad, están experimentando una transformación sustancial. Se dice, y con sobrada razón, que las corporaciones están viviendo un proceso de reestructuración, en un esfuerzo para llegar a ser más competitivas globalmente.

Como empresarios, estamos obligados a poner atención en la esencia de esa reestructura. Es parte del cambio, claro está, pero debemos comprender que ese cambio no es algo nuevo. Lo novedoso es el ritmo en que avanza, la velocidad con que se mueve.

En una perspectiva mundial, algunos síntomas evidentes del cambio son la globalización abierta de los mercados, la formación de los bloques económicos en diversos continentes, los tratados comerciales internacionales, la fusión europea, etcétera.

En el panorama nacional, los cambios más importantes están dándose en la apertura comercial de nuestras fronteras, en la firma de acuerdos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y similares, en la transición de una economía cerrada y proteccionista a otra de interrelación comercial con el mundo, etcétera.
Estos fenómenos hablan de una tendencia claramente enfocada en el desarrollo comercial de todo el mundo. 

En otras palabras: si no estamos verdaderamente convencidos de la importancia de lo que hacemos, si no somos capaces de entender el cambio como una constante, entonces no será posible para nosotros llevarlo a cabo. Así que sólo me resta invitarles a que cambien, sus operaciones, su metodología, lo que pueda significar mejoras a su empresa.

Termino mi participación con una frase célebre de John D. Wright: “Una empresa es como una bicicleta: o te mueves, o te caes.”

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